La burbuja inmobiliaria ha afectado con especial virulencia los barrios céntricos de la ciudad. Entre 2013 y 2018 los precios de los pisos han subido un 65% en barrios como Poble Sec, Raval y San Antonio. Los precios de alquiler se han doblado en el mismo periodo. Lo que no ha aumentado es el poder adquisitivo de la gente. Desde 2010 está bajando a un ritmo cada vez más acelerado y muy particularmente en el caso de las personas con las trabajos más precarios.

Estos dos factores han expulsado a miles de vecinos y vecinas de nuestros barrios. Al mismo tiempo han excluido del acceso a la vivienda a muchos habitantes de Barcelona y han convertido en vulnerable a cualquier persona que vive de alquiler.

Todo ello es el resultado de unas políticas institucionales que, desde hace años, dan todo tipo de facilidades legales y fiscales a las inmobiliarias, bancos, fondos de inversión y grandes tenedores de viviendas. Asimismo han marginado sistemáticamente la creación de vivienda pública de alquiler. De modo que en España el alquiler se ha reducido a un 2% del parque de viviendas total, mientras que los otros países de la UE alcanza el 30% y más.

La administración argumenta que no hay espacios para crear viviendas que puedan servir para aliviar la emergencia habitacional actual y la carencia de equipamientos. Pero no es verdad: en el Poble Sec hay unos cuantos. El más grande son las Tres Xemeneies que cuentan con más de 30.000 m2 y están vacíos desde el 2012. Desde entonces, este gran símbolo de la lucha obrera y solidaridad popular ha pasado de manos de un fondo de inversión a otro. Todos han intentado – sin éxito- recalificar los edificios, ya que su clave urbanística actual restringe la construcción de oficinas.

A diferencia de los anteriores, los nuevos propietarios – Conren Tramway, SL- han decidido crear hechos consumados y han comenzado a derribar todo menos los elementos estructurales de los dos edificios. Los representantes de este fondo hispano-alemán pregonan a los cuatros vientos que harán oficinas para multinacionales «punteras» y llevaran miles de trabajadores en el barrio con un alto nivel adquisitivo.

No sabemos si ya tienen acuerdos secretos con los poderes fácticos de la ciudad y partidos políticos afines para que el ayuntamiento que salga de las próximas municipales los propicie la necesaria recalificación. Lo que sí sabemos es que pasará con los alquileres y los últimos comercios de proximidad cuando miles de empleados de estas multinacionales comiencen a buscar pisos y otros atractivos a la altura de sus bolsillos. Será la estocada final, tanto en nuestros barrios como uno de los símbolos más importantes de la memoria histórica popular!

Considerando estos hechos, las entidades y personas abajo firmantes:

– Pedimos un compromiso firme y definitivo de los partidos políticos que se presenten a las próximas elecciones municipales de detener cualquier intento presente o futuro de cambio de calificación en oficinas y de asegurar que las Tres Xemeneies se queden para siempre al servicio de las necesidades del vecindario del Poble Sec y de nuestros barrios vecinos.

– Exigimos la recalificación de las Tres Xemeneies en un equipamiento comunitario, para las vecinas y entidades del barrio con una dotación de vivienda pública. Proponemos un equipamiento que pueda dar respuesta a la necesidades de los barrios adyacentes: tanto necesidades habitacionales como espacios para personas mayores, guarderías, espacio de jóvenes, para los castellers, para la biblioteca del barrio, auditorio polivalente, etc.

– En el caso contrario nos comprometemos a seguir el ejemplo de los habitantes de Berlín y Nueva York, los cuales, con sus movilizaciones potentes, han conseguido impedir unos proyectos especulativos similares, promovidos por las multinacionales «punteras» Amazon y Google.